Este libro es la segunda parte de la trilogía “Martín Ojo de Plata”, la primera fue “Tierra firme”.
Tiene una trama muy rica, llena de acción y sorpresas por lo que te enganchas enseguida. Para mí el capítulo I es el más flojo, se me hizo un poco pesado, pero cuando Catalina Solís dice “A la caída del sol, partimos hacia Sevilla” ya sabes que te esperan grandes aventuras.
Para llevar a cabo su venganza contra la familia Curvo tejerá una maraña de engaños (todos le salen bien, por supuesto) y para acabar con cada hermano, menos uno al que dejamos para la tercera parte, Diego, Juana, Isabel y Fernando deberá conocerlos a fondo, buscar cuáles son sus puntos débiles y aprovecharlos.
Todo está muy bien documentado, por lo que además puedes conocer la época, la ciudad, las costumbres... Me ha llamado mucho la atención la descripción que hace de la Cárcel Real de Sevilla con diferentes Puertas, ranchos, galeotes... en los que se cumplían las penas según la categoría social y economía de los reos.
En esta parte conocemos la razón del mote de Martín “Ojo de plata”, además la suerte de Catalina es envidiable: una aventura, un tesoro. “No sé cómo te las arreglas, mas siempre terminas encontrando un tesoro”
Pues nada, un libro lleno de entretenimiento y diversión. La frase final promete una tercera parte igual de buena.
"Quédate tranquila pues no falta mucho para la próxima Natividad. Y no, no diré más, pues ésa ya es otra historia".
