viernes, 20 de enero de 2012

Emma Wildes



Estas dos novelas las leí seguidas y, casi, de un tirón. Las dos están ambientadas en la Inglaterra de la regencia y protagonizadas por aristócratas y personajes bien situados, de los que sólo se tienen que preocupar de a qué baile van a ir. Además, tienen la misma estructura de la trama combinando la historia de amor de los protagonistas con otra más secundaria, lo que las hace más amenas porque en la variedad está el gusto.

En "Lecciones de seducción", Brianna decide comprase un libro bastante escandaloso para la época: "Los consejos de lady Rothburg, las lecciones de tocador de una cortesana". Lleva tres meses casada con Colt Northfield, quinto duque de Rolthven; su matrimonio fue por amor pero su marido continúa haciendo vida de soltero: tardes en el club, paseos a caballo con los amigos, dormitorios separados... por lo que ella decide seguir todos los consejos de Lady R. para captar la atención de Colt.
También tenemos la historia de Rebecca Marston, obligada a elegir marido en su segundo año de debutante y enamorada, en secreto, de Robert Northfield, un reputado calavera, al que deberá conquistar siguiendo los consejos del libro y vencer la oposición de sus padres a esta relación.

Cada capítulo comienza con un fragmento del libro de Lady Rothburg y, la verdad, son bien interesantes.

En "Una apuesta indecente" dos aristócratas famosos por sus correrías, Nicholas Manning, duque de Rothay, y Dereck Drake, conde de Manderville, apuestan sobre cuál de los dos es mejor amante. Para resolver esta apuesta necesitan buscar a alguien que haga de juez imparcial, y para su sorpresa, se presenta una voluntaria de imagen, discrección y virtud intachables a la que no pueden rechazar: Caroline de Wynn.

La apuesta no saldrá exactamente como ellos la había pensado y cambiará la vida de los protagonistas.

Dos bonitas historias de amor, llenas de sensualidad y picardía, que además nos permiten conocer un poco la época victoriana, donde la apariencia es fundamental, y la situación en la que vivían las mujeres, sometidas a sus padres o a sus maridos y sin ninguna libertad para elegir, gastar su dinero, viajar...

Hay un enlace que me pareció divertidísimo sobre los tópicos de las novelas románticas:


martes, 17 de enero de 2012

"El bolígrafo de gel verde" de Eloy Moreno

¿Dónde está el límite entre la tranquilidad y el aburrimiento?



Con este libro me he llevado una gran decepción, quizá porque después de leer tantas críticas y reseñas positivas en Internet o después de conocer la historia de su publicación, esperaba otra cosa muy distinta.

El primer capítulo me gustó mucho. Su “tesoro” particular es su infancia y nos la recrea de una forma maravillosa. Te puedes sentir identificada con gran parte de lo que cuenta: siestas jugando al sol, sin querer echarte la siesta y escondiéndote los mayores para que no te obligaran a dormir, manualidades varias para entretener el tiempo (coser ropa para las muñecas; hacer casas, pero las nuestras eran con cartones; hinchar la piscina, turnándonos para soplar...), los bocadillos de Nocilla, qué buenos, las escapadas con bicicleta, las amistades de verano, algunas desaparecían y no volvías a saber nada de ellas...

Pero nuestro protagonista -que no tiene nombre- crece y se convierte en un adulto que me repele. En teoría tiene una buena vida: buen trabajo en una multinacional; casado con Rebeca, el amor de su vida; un hijo pequeño, Carlitos; casa propia; sin problemas familiares... Pero no es feliz, la rutina de su vida, los agobios del trabajo y su insatisfacción van haciendo mella en su persona, y por extensión, en su matrimonio. Decidido a cambiar de vida pone en marcha un plan, comenzando a planificar su “huida”.

Puedo entender su agobio ante una vida que no le satisface pero no entiendo su actitud ante el problema y su forma de hacer las cosas.

El personaje es incapaz de expresar sus sentimientos, bastante cobarde, carece de fuerza y decisión para cambiar, no siente ninguna empatía hacia los demás, todo gira en torno a él (sus agobios, sus problemas, sus pensamientos, sus ganas de cambiar, sus ganas de ser feliz, su bolígrafo, su venganza...). El libro está escrito en primera persona, así que sólo conocemos la situación desde su punto de vista, la de una persona atrapada en su propio desencanto, incomunicación y soledad por lo que al final la historia me creó un poco de angustia y desesperación, y el protagonista llegó a causarme tanta pena como rechazo. Pena porque no supiera disfrutar de lo que tenía y desagrado porque no supiera afrontar los problemas con más dignidad y madurez.

Mientras que sueña con dejar todo atrás y va preparando su huida, sufre un incidente sin importancia en el trabajo: la pérdida de su bolígrafo de gel verde. Para encontrar el bolígrafo y a la persona que se lo llevó sin pedir permiso, se queda a buscarlo en la oficina después de su jornada laboral. Lo buscará mesa por mesa, despacho por despacho, descubriendo algunas cosas (e inventando otras). Si a ésto unimos su depresión, su mente obsesiva y las ganas de perder el tiempo en trivialidades, nuestro Sherlock Holmes particular ocasionará daños irreparables en la vida de algunas personas que le rodean.

Como consecuencia de su venganza debe marcharse de su ciudad (ni siquiera tiene el coraje de irse por voluntad propia, de luchar por su familia, de aclarar las cosas con Rebeca, sino que decide salir huyendo él solo). Aunque no fuera por propia voluntad, al menos recibe el impulso para empezar a cambiar; aquí comienza “el despertar de la esperanza o la esperanza de despertar”.

Este capítulo ha conseguido despertar mis ganas de conocer los pueblecitos de los Pirineos, los refugios de montaña, los lagos...

Y “ahora” llega el final, que yo definiría en una palabra: hollywoodiense. Me parece un final de película, en la que todo acaba bien, todo es perdonado y todos son felices.

Al autor hay que reconocerle el mérito de convertir en un éxito de ventas y en lectura obligatoria una novela protagonizada por un personaje bastante desagradable e inmaduro, con el que seguro que nadie se quiere identificar. Me gusta la forma de escribir que tiene, con un leguaje claro y sencillo ha logrado hacerme sentir la desesperación, las obsesiones y el bloqueo del personaje. Además, tiene comparaciones muy bonitas, aunque en algunas ocasiones intenta utilizar expresiones muy poéticas que se le quedan en cursis y poco naturales. Le seguiremos la pista.

"A veces, solo es necesario que algo cambie, para bien o para mal es secundario"

lunes, 9 de enero de 2012

"Música de la tierra" de Tim Winton

¿Cómo se vivía una vida cuando has agotado tu suerte?





El resumen de la contraportada decía: “Una espléndida novela sobre la capacidad de la música y el amor para curar las heridas del pasado y para hacer revivir la esperanza cuando se cree que se ha perdido todo”.

No he visto el esplendor por ningún lado, la música se reduce a la profesión de uno de los protagonistas (que abandonó por una tragedia familiar) y el amor se centra en unos pocos encuentros furtivos entre Luther y Georgie. Me ha resultado difícil de seguir, quizá por el lenguaje utilizado, la dosificación de la información y forma de contar las cosas o por el aburrimiento que me produjo. El autor utiliza frases muy cortas, de forma que algunos párrafos parecen un telegrama.

El libro se centra en un triángulo amoroso: Georgie Jutland, una enfermera sin trabajo de 40 años, con una crisis existencial que la lleva a pasarse sus noches bebiendo vodka y navegando por Internet; Jim Buckridge, viudo, padre de dos hijos adolescentes, máxima autoridad de la cofradía de pescadores de White Point, que vive ahogado por la culpa y el arrepentimiento; Luther Fox, de 35 años, músico retirado, pescador furtivo, único superviviente del accidente de tráfico en el que murió toda su familia.

Jim y Georgie llevan tres años de convivencia y están atravesando una mala época. Cuando ella se siente intrigada por Luther Fox y hace todo lo posible para conocerlo, el chispazo surge rápidamente. Para mí este flechazo es poco creíble pero ella lo justifica como la típica atracción entre una niña bien y un hombre marginado y solitario.

En el momento que se conoce su relación, saldrán a la luz los secretos e historias del pasado que angustian a los habitantes de este próspero pueblo pescador australiano. Por miedo a enfrentarse a sus sentimientos, Luther huye al desierto. Aquí si que me perdí completamente, me parecía estar leyendo una aventura de “El último superviviente”, me imagino que su supervivencia en condiciones pésimas será un metáfora sobre un viaje a su interior gracias al que será capaz de sanar sus heridas y volver a conectar con la música.

Los tres personajes tienen algo en común: han sufrido traumáticas pérdidas de familiares que les han llevado a la indiferencia, al conformismo y a la autodestrucción. El único personaje que me ha gustado es Luther Fox, Jim y Georgie no se gustan a sí mismos y a nosotros sólo nos trasmiten infelicidad, arrepentimiento, frustración... por el contrario, Luther es muy atractivo, a pesar de estar completamente “tocado” me ha transmito mucha ternura aún con sus muchos defectos y taras.

El final intenta ser dramático y tierno pero me resultó bastante patético, recordándome a los manidos finales de las películas de sobremesa. Además, el libro no es apto para hipocondriacos, ya que la enfermera, especializada en oncología, nos cuenta con pelos y señales algún caso que tardaré bastante en olvidar.

jueves, 5 de enero de 2012

"La saga de los malditos" de Chufo Lloréns

"No hay peor crítico que alguien a quien se ha decepcionado"



Un libro pesadísimo que se hace eterno y aburrido. Para mí le sobran páginas, ya que se extiende en detalles y diálogos innecesarios que estiran la historia hasta la desesperación, especialmente, porque todo es bastante previsible. En cuanto a los personajes, tampoco han llegado ha emocionarme demasiado aunque los protagonistas principales tienen grandes cualidades: luchadores, solidarios, fuertes, defensores de la libertad y de la igualdad, con grandes historias de amor...


La trama narra la persecución de los judíos, centrándose en dos épocas: la expulsión de los judíos de España en 1492 y el Holocausto. La historia la conoceremos a través de dos mujeres: Esther nos muestra la forma de vida y costumbres de los judíos en la España medieval, la relación que tenían con los cristianos, las mentiras y argucias de personalidades religiosas y políticas para enemistar a las dos religiones en defensa del cristianismo y en beneficio propio; Hanna, en 1933, nos muestra la llegada de Hitler al poder y las atrocidades cometidas contra los judíos, aunque también conoceremos a personas, judíos o alemanes, que lucharon contra el nazismo.


Me costó entrar en la historia debido a la continua transición entre las dos épocas, cuando vas entrando en una trama, de repente, el autor te cambia a la otra y tienes que volver a engancharte. Lo bueno que tiene el libro es que va creciendo y al final consigue atraparte, sobre todo, porque los últimos capítulos están dedicados exclusivamente a la trama alemana y puedes leer de un tirón el final, sin tener que alternar con otra historia.


Me han gustado mucho algunos detalles:


  • La relación entre las dos historias, el que los descendientes de los dos buenos amigos, al cabo de los siglos, vuelvan a unir las dos familias es un bonito destino para ellos.


  • El diario que comienza Esther, y que deberán continuar todas las mujeres de su familia, en el que cuenta la historia de su vida para que la conozcan las generaciones futuras y no se pierda a través de sus viajes, expulsiones, problemas...


  • El manual básico de subsistencia para no destacar en Flossembürg: disimularse siempre, guardar algo de comida y ponerse al final de la cola cuando reparten sopa.


  • La historia de Ángel Sanz-Briz, jefe temporal de la legación española en Budapest que ayudó a salvar la vida de miles de judíos proporcionando pasaportes españoles, primero, a judíos expulsados de España en 1492 o anteriormente, y después a cualquier judío perseguido.
  • Ringer

    Durante estas fiestas navideñas he visto una serie americana que me ha encantado: "Ringer".

    Es una serie llena de misterio, intrigas y sorpresas, donde nada ni nadie es lo que parece ser, que además nos permite descansar de la multitud de series de policías, abogados o médicos que nos invaden. Por ponerle un defecto, llega un momento en que no hay pistas sobre el misterio central por lo que acabas un poco perdido.

    Sarah Michelle Gellar interpreta a dos hermanas gemelas. Bridget Kelly es una stripper ex-drogadicta-alcohólica buscada por el FBI y por el mafioso para el que trabajaba; Shioban Martin tiene una imagen pública perfecta (sofisticada, dedicada a obras de caridad, casada con un importante hombre de negocios...) aunque en privado su vida no es nada ideal.

    Al final del capítulo 10 suena esta canción de la grandísima Adele.



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