Normalmente, no suelo leer biografía ya que no es un género que me llame la atención pero este libro me gustó desde que lo vi en las estanterías, hace ya tiempo.
El libro, sin llegar a entusiasmarme, me parece entretenido, ligero y fácil de leer. Nos cuenta la historia de Ginko Ogino, la primera mujer que consiguió el título oficial de medicina en Japón (en el año 1885).
Gink Ogino se casó a los dieciséis años, por supuesto en un matrimonio concertado con sus padres, y a los diecinueve años, después de que contraer la gonorrea, decide abandonar a su marido y divorciarse, con el escándalo que ésto supone a mediados del siglo XIX.
La humillación que constituye para ella el ser reconocida y tratada por médicos hombres, la llevan a tomar la decisión de estudiar medicina para evitar a otras mujeres enfermas la misma vergüenza y darles confianza a asistir a una clínica a recibir tratamiento.
Fue una mujer muy inteligente, trabajadora, orgullosa, con una gran fuerza de voluntad y capaz de hacer frente a su familia por conseguir su objetivo, incluso ser repudiada por ésta y perder su apoyo económico (excepto el de su hermana Tomoko). En el camino de su formación académica tuvo que superar grandes privaciones, humillaciones, el rechazo de la sociedad, un intento de violación y muchos obstáculos oficiales.
Sentía una gran repulsión por los hombres y, casi, exigía a sus alumnas, enfermeras, pacientes... que compartieran este sentimiento. Hacía extensibles sus problemas a todas las mujeres que la rodeaban, haciéndoles pensar que los hombres sólo querían una cosa de ellas y luego las abandonarían. No creía en el matrimonio hasta que conoce a Yukiyoshi Shikata, un estudiante cristiano 13 años menor que ella.
En definitiva, es una buena historia de una mujer fuerte, capaz de superar todas las adversidades para conseguir sus objetivos, aunque también era dura, intransigente y fanática defensora de la virtud de las mujeres. Luces y sombras de una mujer pionera.
