martes, 19 de junio de 2012

Haven


Haven es una serie de corte sobrenatural y misterioso basada en un libro de Stephen King, Colorado Kids.

La agente del FBI, Audrey Parker (Emily Rose), llega a Haven, Maine, para investigar un raro caso de asesinato. En su investigación es ayudada por el sheriff y la policía local, haciendo buenas migas con Nathan Wuornos (Lucas Bryant), que es policía e hijo del sheriff.

Una vez resuelto el caso, Audrey descubre una foto de su madre en el periódico local por lo que decide quedarse, con el permiso de su jefe del FBI (así de fácil), en este misterioso pueblecito costero para averiguar algo sobre la desaparición de su madre.

Audrey y Nathan investigan extraños casos, uno por episodio, pero además hay una trama central que se alarga durante las dos temporadas. Haven está dividido en dos clases de personas: “las normales”, encabezadas por el reverendo Ed Driscoll (Stephen McHattie), y las “personas con problemas” o “aberraciones humanas”. Entre los poderes que tienen los habitantes de este pueblo nos encontramos con fuerza sobrenatural, sudor que mata a los que los tocan, enterradores que pueden resucitar a los fallecidos que entierran, chicas a las que si las miras a los ojos ves aquello que más miedo te da en la vida, provocar tormentas eléctricas, sombras, clones...




 
En esta segunda temporada me he llevado dos sorpresas. Una, la aparición de la superestrella de la Wrestling, Edge (Adam Copeland) que es el protagonista de algunos episodios en los que interpreta a Dwight Hendrickson, un marine que tiene la habilidad de atraer cualquier bala que se dispare a su alrededor. Su trabajo es ayudar al Jefe de Policía como “limpiador” haciendo desaparecer cualquier hecho extraño.

Dos, los capítulos se cierran con canciones muy cucarronas, todas del mismo estilo suave y todas cantadas por chicas. De todas la que más me llamó la atención fue esta versión de “Your song” de Janet Devlin.



Una serie que empecé a ver por obligación y que me ha acabado gustando. No tiene demasiado, simplemente entretenida para pasar el rato y con unos exteriores increíbles.

viernes, 8 de junio de 2012

"La herencia de la tierra" de Andrés Vidal


“Debía luchar, seguir luchando hasta que aguantara el cuerpo o no aguantara. Prefería morir luchando a seguir vivo vencido”







A este libro le tenía ganas desde hace tiempo pero como era muy extenso lo dejé para el verano, los tochos son para el verano.

Me ha parecido un libro entretenido, instructivo, de fácil y rápida lectura. Aunque, reconozco que me esperaba más ya que no ha conseguido cautivarme.

Esta es una historia de lucha, uno de esos libros con protagonistas pobres que gracias a su inteligencia y esfuerzo llegan a superar todas las adversidades de la vida a la que estaban destinados. Rosendo Roca es hijo de campesinos, un niño callado y tímido al que todos tachaban de “raro”. A la edad de 5 años, debido a un enfrentamiento entre niños, su familia se ve obligada a marcharse de su pueblo natal.

Se establecen en Runera, en las tierras del Señor Casamunt donde va creciendo, haciendo amigos y trabajando la tierra sin descanso. Hasta que a los 21 años un corrimiento de tierras pone al descubierto un yacimiento de carbón. Rosendo ve en la minería una oportunidad única para salir de la miseria y firma con el dueño de las tierras un contrato para explotar la mina durante 50 años. Al final de los cuales, sería el dueño de todo o perdería todo lo invertido a favor de los Casamunt.

Durante el primer año, cuando todo parece perdido, conoce a Henry Gordon, un emprendedor escocés. Juntos serán imparables.

Los problemas a los que se tienen que enfrentar son muy numerosos: guerras, bandoleros, venganzas, lucha obrera, huelgas, derechos feudales, poder de la Iglesia... pero consigue superarlos todos gracias a la ayuda y los buenos consejos de sus numerosos amigos y al apoyo de Ana Massip, su esposa.

Rosendo Roca es un personaje muy carismático, un tanto extraño y callado pero de una gran inteligencia y pragmatismo, siempre dispuesto a escuchar, a aprender y a poner en práctica lo aprendido. Tiene un gran sentido de la justicia social, en ningún momento quiere aprovecharse de sus trabajadores para aumentar sus beneficios ya que para él lo más importante es que todos obtengan beneficios de su unión, como educación para los hijos de los mineros. Al final de sus días se refugia en la lectura para intentar superar su dolor en la biblioteca de la colonia industrial, su medicina es la lectura de los clásicos (Séneca, Julio Verne, John Milton, Dickens, Lord Byron, Stendhal...). Henry Gordon, cuando lo lleva a la biblioteca, le dice: “Aquí tienes una buena manera de seguir construyendo: la lectura” y nuestro protagonista, con lo aplicado que es, llega a vivir casi exclusivamente para leer: “Vivo de la lectura y de los sueños que despiertan”

El libro tiene momentos muy emocionantes, uno de los que más me gustó es la despedida de los dos amigos después de tantos años juntos.

Lo que menos me ha gustado son los malos, los he visto sin fuerza y con poca enjundia, al padre le movía el interés por el dinero y a los hijos el odio hacia los agricultores que prosperaban. Creo que que Helena podría haber dado mucho más juego en la historia

El triunfo del trabajo bien hecho, la visión de futuro, la lealtad, el compañerismo... sobre la soberbia, el anquilosamiento, el orgullo de clases, el feudalismo...


“De pequeño, la vida se me antojaba demasiado grande. Incomprensible. Aún hay días que me lo parece. Pero poco a poco uno se va construyendo un lugar. Y a veces lo único que necesitas es no hacer caso de lo que te va sucediendo. Mirar siempre adelante”


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