miércoles, 21 de septiembre de 2011

"El viejo y el mar" de Ernest Hemingway



El 2 de julio se cumplió el 50 aniversario de la muerte de Ernest Hemingway, además se celebra el 56 aniversario de la publicación de esta obra, que el 4 de mayo de 1953 recibió el Premio Pulitzer.

Nunca había leído nada de este autor pero escuché por la radio que este año se celebraban los aniversarios del autor y del libro, así que me animé con algo que, de entrada, no me llamaba la atención demasiado.

Aunque elegí este libro sin muchas expectativas, tengo que decir que me ha encantado.

Tiene un lenguaje muy claro y sencillo pero capaz de transmitir toda la lucha y la soledad de Santiago.

Santiago “el viejo” es un pescador cubano que está atravesando una racha de mala suerte y que se ve obligado a pescar solo porque su ayudante Manolín “el niño” es obligado por sus padres a dejarlo y embarcarse en otro bote que no esté salao.

El viejo es viudo, está solo, su único amigo es Manolín, todos le tachan de raro y de fracasado. Pero en el fondo el es un superviviente, su tenacidad y fuerza le llevarán a pescar el pez más grande de su vida. En esta lucha que dura tres días, a la que tiene que enfrentarse con poco material y víveres, pasa por diferentes etapas pero no se desanima cuando las cosas no le salen bien, trabaja sin descanso para conseguir su objetivo y hace frente a todas las adversidades con los medios que tiene a su alcance.

Sientes toda la tensión de Santiago, su afán de superación, el respeto hacia su adversario, su victoria y su tristeza ante la derrota. Ese es otro tema del libro: aceptar el fracaso con dignidad, es importante conseguir los objetivos pero además hay que defenderlos y mantenerlos.

Cuando regresa a la playa, lo hace victorioso. Aunque el no se vea así, porque matar ese magnífico pez no ha tenido sentido, todos sus compañeros han cambiado la forma en la que lo ven. Ya no es un perdedor ni está salao, ahora ha demostrado su experiencia y una férrea fuerza de voluntad.

Algo con lo que me he sentido muy identificada es cuando en su máxima desesperación empieza a rezar. Reconoce que no es religioso, que no se acuerda de las oraciones pero comienza a rezar y a hacer promesas (ya sabéis, ir de peregrinación, decir más oraciones cuando todo salga bien...).

Entradas relacionadas

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...