"Perdonar no es olvidar, es vivir en paz con la ofensa"
Una novela que te atrapa desde el principio, es rápida, ágil y no decae en ningún momento. Está llena de acción, historia, asesinatos, religión, engaños, amor, viajes... la historia sucede en muchos países lo que da la sensación de más dinamismo
Me han gustado mucho los personajes, sobre todo el Cardenal August Lienart ¡qué malaje! Está lleno de ambición, avaricia, sin escrúpulos y utiliza la religión para sus fines propios, sin importarle nada más.
El Círculo Octogonus o los guardianes de la fe dan verdadero miedo, los fanatismos siempre ponen los pelos de punta. Sus asesinatos con venenos de serpiente, de rana... me han dejado fascinada. El veneno lo ponen siempre en pequeñas cantidades, para que no se pueda detectar en las víctimas, pero letales.
Quizá, por ponerle alguna pega, un poco increíble que nadie relacione tantos asesinatos, durante tantos años, con una marca del asesino tan clara como el trozo de tela en todos los escenarios...
El final me ha gustado, estaba claro que no se iba a sacar nada en claro del Testamento perdido de Judas Iscariote, por eso creo que lo ha cerrado muy bien.
La identidad del Arcángel de la Muerte no me la esperaba, ha sido una buena sorpresa.
