Es una novela romántica, en la que cuando empiezas a leer ya saber lo que te vas a encontrar y en la que, por supuesto, todos los problemas que se plantean tendrán un final feliz.
Pero no es sólo eso. Es una lectura muy agradable, en la que se da un gran valor a la amistad y a la vida sencilla. Aquí la historia de amor se produce entre dos personas mayores de 60 años y es un amor tranquilo, sereno, al que se llega a través de la amistad de los protagonista y de la necesidad de ayuda para superar las pérdidas de ambos.
Me gusta mucho el personaje de Elfrida, una mujer fuerte, divertida, independiente, para la que el amor no tiene edad y que no teme la responsabilidad de hacerse cargo de una adolescente.
"Había sido una mujer impulsiva toda su vida... Volviendo la vista atrás, únicamente se arrepentía de las oportunidades perdidas, bien porque se le habían presentado en mala hora, o porque le había faltado valor para aprovecharlas."
Por el contrario, no me gusta el personaje de Oscar Blundell, quizás porque no ha hecho un retrato muy profundo de él y queda un poco desdibujado. Además, es increible que un padre supere la muerte de una hija en sólo dos meses.
Es una novela con muy buenas descripciones de Escocia: sus paisajes, sus plantas y jardines, la vida cotidiana, las comidas... Desde luego, te dan ganas de visitar esta tierra.
Los personajes masculinos (Oscar y Sam) tienen algo en común: deben abandonar sus pueblos natales para formarse y trabajar, pero en su madurez vuelven a Escocia a encontrar la paz y la felicidad. "Como una rueda, trazando el círculo completo".
