“Si me dieran a elegir entre ir adelante o hacia atrás, yo desde luego no lo dudaría. Preferiría con mucho encontrarme entre los que ya no viven que con los que aún no han nacido... ¿Cómo resistirse al impulso de volver a encontrarse con los seres queridos que ya no están con nosotros?”
Me encanta como escribe Paul Auster, su
estilo es ágil, sencillo pero cargado de sentimientos, de dobles
intenciones y de originalidad. En un principio parecía un simple
triangulo amoroso salpicado de relatos cortos inventados por los dos
escritores, pero para un genio como Auster eso es demasiado típico
así que al final le dio un giro, convirtiendo la novela en un
laberinto de historias lleno de personajes muy particulares en el que
la imaginación y la realidad van unidas.
Sidney Orr es un joven escritor de 34
años, casado con Grace, que se está recuperando de una grave
enfermedad, a la que sobrevivió contra todo pronóstico médico. El
18 de septiembre de 1982 paseando por Brooklyn encuentra una pequeña
librería regentada por el señor Chang, “El Palacio de Papel”,
en la que compra un misterioso cuaderno con las tapas azules.
Poco antes su gran amigo John Trause,
un famoso escritor, le había hablado del personaje de Flitcraft,
creado por Dashiell Hammett y que aparece en “El halcón maltés”,
quien después de escapar milagrosamente de la muerte toma la
decisión de cambiar radicalmente su vida sin dar explicaciones a
nadie. Esta anécdota y su nuevo cuaderno le sirven de inspiración
para volver a escribir. Empieza una historia protagonizada por Nick
Bowen, un editor casado con Eva, que recibe el manuscrito perdido de
Sylvia Maxwell, una famosa escritora en los años veinte, cuyo título
es “La noche del oráculo”. Nick se siente inmediatamente atraído
por Rosa Leightman, nieta de la escritora y propietaria del
manuscrito, y después de salvar su vida por un pelo decide darle un
giro radical a su tranquila existencia: se marcha de Nueva York, sin
dar explicaciones a nadie, cogiendo el primer avión que sale del
aeropuerto de La Guardia.
El manuscrito “La noche del oráculo”
es una breve fábula sobre el paso del tiempo y sobre la predicción
del futuro. Aquí el protagonista es Lemuel Flagg, un teniente inglés
que ha quedado ciego a consecuencia de unas heridas de guerra. La
ceguera le otorga el don de la profecía, un don que le hará
conseguir grandes riquezas e influencias pero que también le
proporcionará mucho dolor, un dolor que será incapaz de afrontar.
Además de estas historias, Sidney Orr
nos va contando su propia vida, su historia de amor y su matrimonio
con Grace, su amistad con John Trause, su relación con Jacob Trause,
sus encuentros con el pintoresco señor Chang...
Como he dicho antes, es un libro muy
original que te va manteniendo en tensión. Tiene un pequeño
altibajo porque primero parece una cosa pero llegas a un punto en el
que se convierte en otra cosa distinta. Te das cuenta de que ya no es
la típica novela, tienes que cambiar tu forma de ver la trama,
pensar en ella en conjunto porque todo está relacionado y todo tiene
sentido.
El personaje de Sidney Orr me ha
encantado, me enganchó en las primeras páginas cuando lo imaginas
paseando por un Nueva York lluvioso y desapacible y me terminó de
atrapar el gran esfuerzo que hace para volver a vivir, a escribir,
pagar sus facturas y, especialmente, su relación con Grace, una
chica oscura, llena de secretos que le pide a su marido una única
cosa: “Sólo sigue queriéndome”. Por suerte para ella, el está
decidido a cumplir con unas instrucciones tan simples sin plantearse
nada más.
De la galería de anécdotas, pequeñas
historias y personajes curiosos (Victory, Nick Bowen, Grace, el señor
Chang, Richard...) me quedo con la de Richard y sus 12 fotografías.
Al acabarlo me vino a la cabeza una
frase de mi adorada Isabel Allende: “Si escribo algo, temo que
suceda, si amo demasiado a alguien temo perderlo; sin embargo no
puedo dejar de escribir ni de amar…” Una frase que resume el
sentido de este libro.
“Las palabras tenían la virtud de
alterar la realidad y, por tanto, eran demasiado peligrosas”