"Te exijan lo que te exijan, no puedes negarte. Haz lo que te ordenen... pero en lo más hondo de tu corazón, recuerda quién eres y qué eres. Cabalga con ellos, come con ellos, combate con ellos todo el tiempo que sea necesario. Y observa."
Imposible abandonar esta serie con
todas las de dudas que se nos quedaron sin resolver: el destino de
Arya, la reacción de Sansa, las maquinaciones de Tyrion, la búsqueda
de Daenerys, el destino de Joffrey, las visiones de Bran, la
adaptación de Jon Nieve...
En esta segunda parte nos seguimos
encontrando historias de amor (las consolidadas anteriormente y
alguna que se va fraguando, o al menos eso espero), decepciones,
luchas, intrigas, traiciones, recuerdos... aderezadas con un puntito
de magia y fantasía. George R.R. Martin tiene la capacidad de
sorprendernos y emocionarnos con algunas de sus tramas, con
personajes a los que odias o adoras, es capaz de transmitirnos su
pasión, sus dudas, sus miedos...
Me encanta este autor, su imaginación
para tenernos en ascuas durante miles de páginas, su maestría
hilando una historia tan compleja, su talento para crear personajes
tan fascinantes, su facilidad para llegar a lectores de todas las
edades, su ingenio para dejarnos con la miel en los labios, su
ambición para hacer una saga tan extensa...
Tengo que reconocer que esta segunda
parte me ha gustado algo menos que la primera, porque soy más de
tejemanejes y politiqueo que de batallitas; las guerras y las
batallas siempre me han aburrido y aquí hay muchas y muy variadas.
Además el final no me ha parecido tan tenso como el anterior pero
seguro que en el tercer libro se supera.
Porque no pienso abandonar esta serie
tan adictiva.
Pues nada, larga vida a George R.R.
Martin.
“Tranquila como las aguas en calma,
silenciosa como una sombra, rápida
como una serpiente, inmóvil como una piedra, ligera como una
pluma, suave como la seda de verano, fuerte como un oso, resbaladiza
como una anguila”.