Raising Hope es la última serie que me tiene enganchada. Se trata de una comedia muy divertida, con situaciones gamberras y disparatadas, y, sobre todo, con unos personajes algo patéticos, llenos de ternura, que te hacen mantener la sonrisa durante los 20 minutos que dura.
Jimmy, un chico de 23 años algo inmaduro, se convierte en padre soltero. Su loca familia le ayudará a criar a Hope: sus padres, Burt y Virginia, no son un buen modelo ya que lo tuvieron a él con quince años, su bisabuela, Maw-Maw, está senil. Una familia de “perdedores” que sale de todos los problemas con su ingenio y cariño.
Con el paso de los capítulos las situaciones se van suavizando, yo prefería los disparates y excesos del principio aunque sigue siendo igual de entretenida.
Además, merece la pena verse sólo por contemplar a uno de sus personajes: Hope (Esperanza).
