Dicen que a la tercera va la vencida,
pues yo he necesitado tres intentos para leer este libro. En la
página 12 de mi edición del Circulo de lectores (con la
disquisición de François sobre lo que una chica debe pedir para
beber en su primera cita) ya supe que no iba a disfrutar con él
porque el sentido del humor del autor no me hacía ni chispa de
gracia.
La historia es totalmente previsible
aunque eso no me importaría si tuviera algo de chispa en los
diálogos o en los personajes. Pero, no.
Es flojo, sin emoción, con personajes
que no enganchan y un argumento que va decayendo página a página.
Lo mejor es que tiene pocas páginas
(aunque se hacen muy largas) y está escrito con un lenguaje sencillo y
ágil.
Después de las buenas opiniones que
había leído ha sido un gran fiasco.