miércoles, 21 de noviembre de 2012

"El jardín de los hechizos" de Sarah Addison Allen



“El paso de aquellos años se asemejaba a leer un libro en diagonal, saltándose párrafos enteros, hasta descubrir que el final no era exactamente como el había esperado. Ojalá hubiese prestado más atención a la trama de la historia.

Ojalá hubiese prestado más atención al narrador”







Una novela preciosa llena de magia, sensibilidad y encanto, con un toque de extravagancia que lo hace perfecto.

La trama del libro se podría resumir en unas pocas líneas ya que la historia es sencilla, bastante predecible y contada a un ritmo pausado, aunque al estar narrada con un lenguaje fresco, ágil, lleno de encanto, con un punto de originalidad, con personajes bien construidos y recrear un ambiente de realismo mágico en el que todo es posible, lo convierte en un libro muy atrayente.


Bascom, Carolina del Norte, es un pequeño pueblo en el que los apellidos marcan el destino de las personas. Los hombres de la familia Hopkins se casan con mujeres más mayores, las Clark son buenas amantes y todas las Waverley tienen alguna rareza, cada una a su propia y peculiar manera. Es muy difícil escapar de ese camino marcado de antemano.

Claire Waverley lleva una tranquila y solitaria existencia. Continua viviendo en la casa de su infancia, tiene un negocio de catering y no le afectan las críticas o desplantes de los demás. Pero su vida está a punto de dar un giro radical. Sidney, su vivaracha hermana, vuelve a su pueblo natal para poner patas arriba la vida de todos los que la rodean.



Contiene spoilers


Claire Waverley, de 34 años, es feliz con su tranquila vida. Es solitaria, no tiene amigos, regenta un próspero negocio de catering, acepta de buen grado el vacío que le hacen los demás habitantes, odia los cambios, le gusta la rutina y las cosas permanentes.

De pequeña vivió con su madre, siempre en movimiento, cambiando de sitio cada poco tiempo. Hasta que a los seis años se fueron a Bascom para vivir con su abuela encontrando la estabilidad y el cariño que necesitaba por esto adora la rutina, las cosas sólidas, no quiere volver a moverse de allí y lo conserva todo igual.

De su abuela aprendió a cuidar el jardín, a cocinar y a aprovechar las propiedades de las plantas para influir en el estado de ánimo de los comensales. Los platos hechos con las flores de alrededor del manzano pueden afectar a las personas que los comen, ésto le crea un gran prestigio entre sus vecinos aunque nadie admite abiertamente haberla contratado.

Su relación con su hermana Sidney es mala, entre ellas siempre ha habido celos, incomunicación y deconfianza. Entre sus planes no entra volver a convivir con ella o enamorarse por primera vez pero la vida no se puede organizar simplemente se abrirá paso para sorprenderla.


Sidney Waverley, de 28 años, es atractiva, simpática, de gran corazón. Un espíritu libre que a los 18 años escapó de Bascom intentando huir de su destino y de los comentarios de la gente. Durante dos años estuvo saliendo con el mejor partido del pueblo, Hunter John Matteson, y fue una de las chicas más populares del instituto pero al graduarse todo se vino abajo y la realidad de su situación la obligó a huir, siguiendo los pasos de su madre. Varias ciudades, muchos amantes de los que se aprovechaba, una vida siempre rodeada de peligro hasta que conoció a David, un acomodado empresario, y se quedó embarazada de Bay, su hija de 5 años.

Cuando su relación se convierte en una trampa, casi mortal, decide volver al único lugar en el que se sentirá a salvo. En Bascom, diez años después, se encontrará con sus antiguos amigos, buscará un modo de vida que la haga feliz, aceptará que es una Waverley y descubrirá cual es su don mágico: encontrar el peinado ideal para hacer feliz a la gente.

Pero con su vuelta deberá ganarse la confianza de su hermana mayor, superar algunas humillaciones y vivir con el miedo a poner en peligro a todos los que la rodean.


Bay, de 5 años, es una niña despierta, que adora su nueva casa y a su excéntrica nueva familia. Su don consiste en encontrar el sitio perfecto de cada cosa. Esta capacidad suya nos da un hermoso final del libro que te deja con una sonrisa en la cara.

Evanelle, de 79 años, es una divertida anciana que provoca las situaciones más ocurrentes al tener la necesidad compulsiva de dar a la gente cosas que tarde o temprano van a necesitar, aunque ella desconoce la utilidad que tendrán.




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