Una historia entretenida gracias a la
mezcla de romance e intriga con un agradable toque de humor.
Clifford Ellis, duque de Ormond, a sus
31 años se ha convertido en un hombre extraño y tosco, por lo que
se ha ganado el sobrenombre de El Diablo, además de un enemigo del
matrimonio. La muerte de su mujer, Mariam, cuando estaba embarazada y
las sospechas de que él tuvo algo que ver con el incidente, han
hecho que no quiera saber nada más sobre el amor.
Pero tanto su abuela como la Corona lo
están presionando para que se case y tenga herederos. La elegida
será una pequeña venganza hacia la insistencia de su abuela:
Eleanor McKenna, la nieta del hombre más odiado por ella.
Eleanor, o Lea, es una escocesa terca,
independiente, audaz y un alma libre que siempre se sale con la suya.
Aunque en este caso sus protestas para evitar un matrimonio de
conveniencia no son escuchadas por su padre.
Hallcombe House la sorprenderá, una
enorme casa que auna la magia del pasado con la modernidad y
comodidades necesarias, y que está rodeada de misterios y enigmas
que Lea intentará descubrir. Además entre Clifford y ella se
establece una inmediata mezcla de atracción y antipatía.
La trama no es muy original pero está
bien contada, con dos personajes principales típicos pero bien
llevados, con personajes secundarios interesantes y que aportan peso
a la historia, con un intriga de fondo que se dosifica hasta el final
para acabar en sorpresa. Yo al menos estuve equivocada durante todo
el libro, sospechando de la persona equivocada.
En definitiva, un libro ameno al que
como pega le pondría que tiene cosas que chirrían, como que
un duque se ponga a fregar los platos o expresiones demasiados
actuales y nada típicamente inglesas.
