Silvya Day escribió este libro en 2011
y es el precursor de su famosa trilogía Crossfire.
Es un libro ambientado en la Inglaterra
victoriana, con una trama intensa, llena de amores contrariados,
infancias duras, segundas oportunidades y, como es típico en esta
autora, una alta carga erótica.
Jessica Sheffiel, de 18 años, hija del
marqués de Hadley, contrae matrimonio con Benedict Reginald
Sinclair, vizconde de Tarley y futuro conde de Pennington.
La noche antes de su boda es testigo de
un encuentro amoroso entre el atractivo y pendenciero Alistair
Caulfield, de 16 años, con una mujer casada que le doblaba la edad.
Una escena que le abrirá los ojos y marcará su matrimonio.
Seis años después, su marido muere de
tuberculosis y ella decide viajar a Jamaica para superar su año de
luto.
Alistair es ahora un exitoso
comerciante que se encarga de llevar a la perfecta y recatada viuda
hasta el Caribe. Siete años los separan de aquella noche, por
delante tienen varios meses de viaje en barco. Quizás sus defectos
los hagan perfectos el uno para el otro.
También conoceremos la historia de
Hester Sheffield, casada por amor con una vida aparentemente
perfecta. Aunque las apariencias engañan.
Un libro muy entretenido desde el
principio, aunque para mí lo mejor fueron los primeros capítulos y
el final, cuando la pareja vuelve a Inglaterra para enfrentarse a su
vida normal y amigos. Su estancia en el barco y en el Caribe es
entretenida, con mil y una confesiones sobre sus complicadas vidas,
pero llegó a cansarme tanto cambio de opinión.
La historia es ágil, siempre está en
movimiento y aunque no ha llegado a entusiasmarme tampoco decepciona.
Lo mejor: los últimos capítulos y el
final.