jueves, 17 de enero de 2013

"La vida después" de Marta Rivera de la Cruz



"Sobrevivimos porque un día empezamos a olvidar. Y eso es lo que nos salva... El ser humano nace con el derecho de ser feliz, y ese derecho implica también una obligación. La felicidad es también una cuestión de voluntad, de perseverancia. Recuerda siempre que no hay nada malo en querer estar vivio"





Una novela entretenida, pero si la comparamos con anteriores libros de esta genial autora creo que no está a la altura.

En los otros libros que he leído los protagonistas siempre me han encantado, eran personas con fuerza, tiernas, capaz de seducirnos y transmitirnos sus emociones. Aquí, el único protagonista que recordaré y que ha logrado engancharme con su calidez y sensibilidad ha sido Arvid Soderman.

Victoria Suárez de Castro, de 46 años, lleva una vida aparentemente perfecta. Es profesora en la Universidad de Grace, está casada con un atractivo y rico aspirante a senador, Herder Van Halen, vive en un ático de ensueño en el Upper East Side, tiene una activa vida social rodeada de artistas, periodistas, profesores universitarios...

Un día recibe la notica del fallecimiento de Jan, su mejor amigo, al que llevaba dos años sin ver. Cuando regresa a Madrid para el funeral se deberá enfrentar a las demás mujeres que ocuparon la vida Javier Álvarez Narváez: Chloe Deschamps, Solange, Marga y Shirley Saunders.

Una inesperada petición obligará a Victoria a permanecer en Madrid junto a ellas donde deberá enfrentarse a su desconfianza, defender la sinceridad y naturalidad de su amistad, sobreponerse a la pérdida de su más íntimo confidente, y tomar fuerzas para volver a una vida poco satisfactoria.

Iremos conociendo la historia de todas estas mujeres que tienen como hilo común su relación con Jan y cuya convivencia las obligará a superar envidias, celos, y a conocerse más en profundidad.



Como he dicho antes, la historia no me ha gustado todo lo que esperaba aunque se lee con facilidad y se disfruta. Creo que mi rechazo a este libro se debe a que la protagonista principal no he gustado nada, Victoria me ha caído bastante mal y no ha conseguido despertar mi simpatía.

Por el contrario, la historia de Arvid Soderman nos ofrece a una Marta Rivera de la Cruz en estado puro. Simplemente por leer estas página ya merece la pena leerse el libro completo. Un regalo lleno de ternura, amor, superación de obstáculos, amistad y generosidad.




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