“Esto era Nueva York, adonde venía la gente para reinventarse a sí misma. Allí no la conocía nadie. No tenía pasado, relaciones ni responsabilidades. Podía hacer todo lo que quisiera.”
Un libro ligero, sencillo y que te hace
pasar un buen rato. Es totalmente previsible y con final de película
(de los que te dejan un poco chafada) pero tiene un punto de humor y
de intriga que la hacen perfecta para entretener.
Susannah Wilding, conocida como Suze, y
Lloyd Rockwell son compañeros de trabajo en la agencia de publicidad
Schneider Fox, aunque trabajan en sedes distintas, una en Londres y
otro en Nueva York.
Un verano son elegidos para participar
en el programa de intercambio de su empresa en el que durante cuatro
semanas deberán intercambiar trabajos y vivienda. Lloyd, de 35 años,
es un publicista de reconocido talento, maduro, responsable,
correcto, decidido a vivir esta experiencia antes de casarse con su
novia Betsy Rennslayer.
Suze es desorganizada, impuntual, poco
amiga de cumplir las normas y está decidida a exprimir al máximo su
aventura en Nueva York.
A simple vista, son dos personas sin
nada en común y muy distintos pero cuando descubren que alguien ha
aprovechado este viaje para hacerles caer en una trampa deciden
trazar un plan con el que aclarar los hechos. A través de
conversaciones telefónicas, faxes... unirán su talento, sus fuerzas
y algo más.
Suze, Suzy o Siouxi es un personaje que
llega a caer muy bien aunque teniendo en cuenta los otros personajes
femeninos de la historia no tiene mucho mérito. Betsy es una chica
muy culta, hermosa... pero obsesionada con dar una imagen de
perfección (novio perfecto, casa perfecta, familia perfecta, vida
perfecta...) y loca por casarse para que su marido la mantenga. Cheri
Crystal, es otra perlita, elegante, bella, estilosa y dispuesta a
ascender profesionalmente utilizando sus mejores armas: la
manipulación a través del sexo.
Una chic-lit ligera, agradable, con un
toque de acción, que se lee muy rápido y con personajes con chispa.
“¿Te imaginas estar enamorado de
alguien al que no puedes ver ni tocar? No podía imaginárselo. La
vida era demasiado rápida. Incluso las cosas buenas que uno tenía
delante pasaban con tanta rapidez que resultaba fácil cometer
errores.”