Serie Bevilacqua y Chamorro, nº 9
Sinopsis
Madrid, julio de 2014.
Pasados los cincuenta, y ya con más
pasado que futuro, el subteniente Bevilacqua, veterano investigador
de homicidios de la unidad central de la Guardia Civil, recibe una
llamada del responsable de operaciones internacionales. Se reclama su
presencia inmediata a 6.000 kilómetros de allí, en la base española
de Herat, en Afganistán.
Un militar español destinado en la
base ha aparecido degollado, y, junto a él, el arma del delito: una
hoz plegable de las usadas por los afganos para cortar la amapola de
la que se extrae la droga que representa la principal fuente de
riqueza del país.
¿Se trata del atentado de un talibán
infiltrado? Podría ser, pero también que la muerte tuviera otro
origen, porque el ataque no reviste la forma clásica de esa clase de
acciones, sino que hace pensar en algún motivo personal.
La misión de Bevilacqua y los suyos no
es otra que tratar de desenmascarar a un asesino que forzosamente ha
de ser un habitante de ese espacio cerrado. Sus pesquisas, bajo el
tórrido y polvoriento verano afgano, les llevarán a conocer a
peculiares personajes y a adentrarse en la biografía del muerto, un
veterano de misiones bélicas en el exterior que guarda más de un
cadáver en el armario, para llegar a un desenlace inesperado y
desconcertante.
Opinión
Esta historia me ha parecido curiosa
por cómo explica la forma de vida en las bases militares en el
extranjero, incluso la investigación parece una excusa para
llevarnos a Afganistán y mostrarnos el funcionamiento de estos
sitios.
Por supuesto, los estadounidenses son
los reyes del tinglado. Tienen licencia para hacer y deshacer lo que
les apetezca, intocables en sus crímenes, protegidos por las leyes.
Para compensar un poco, el autor ha
creado un muerto bastante repulsivo, por el que es imposible sentir
algo de afecto.
En cuanto a la resolución del crimen,
me ha parecido floja. Se resuelve en unas páginas y casi por
sorpresa.
Me encanta que los personajes sigan
siendo tan honestos, tan peleones algo más resabiados pero con el
mismo instinto cazador que siempre.
He leído todas las novelas de esta
serie de un tirón y voy a echar de menos a este equipo de Guardias
Civiles.