Sinopsis
Un cielo tan azul que duele mirarlo.
Árboles centenarios de más de treinta metros de altura. El niño
corre descalzo. Se detiene en un pequeño claro, jadeando, y escucha.
Tiene once, puede que doce años, y los ojos desorbitados. Sus
vaqueros muestran desgarros, la camiseta gris está empapada en sudor
y las mangas se pegan a sus escuálidos brazos. Los cortes en la tela
dejan ver su piel, y la sangre le cubre los brazos. Se aparta un
mechón de pelo de los ojos y vomita lo poco que le queda en el
estómago. Se apoya en un árbol y luego cae. Arrastrado por la
gravedad, su cuerpo pierde el equilibrio y se abre paso entre las
hojas caídas. La tierra cruje y se mueve bajo sus pies.
Seattle. Han pasado veinticinco años
desde que tres niños fueron raptados en el bosque; sólo dos
volvieron con vida, el cuerpo del tercero nunca se recuperó y su
muerte y el misterio de lo que ocurrió aquel día han marcado las
vidas de todos los implicados.
Dos semanas antes de Navidad una
familia aparece asesinada en su casa. Todas las pruebas apuntan a un
hombre temido a ambos lados de la ley: John Cameron. Él fue uno de
los niños que sobrevivió al secuestro; el otro era el padre de la
familia muerta.
El asesino ha dejado un mensaje grabado
en el marco de una puerta: TRECE DÍAS. Es el tiempo que concede a la
detective de homicidios Alice Madison para que comprenda su propósito
y cumpla el papel que le tiene destinado. Ahora ella, para atrapar al
psicópata que está detrás de estas muertes, debe traicionar a sus
compañeros y hacer un pacto con el diablo.
A los trece días, la línea entre el
bien y el mal se desdibuja en la lucha por alcanzar la justicia.
Opinión
Es un libro muy entretenido que te va
manteniendo en tensión hasta el final.
Alice Madison es una detective del
Departamento de Homicidios de Seattle. Tan sólo lleva unos meses en
el puesto cuando debe enfrentarse a un caso muy complicado al que
hará frente sin importarle jugarse su carrera de policía ni de
dónde provenga la ayuda necesaria para encontrar al asesino.
Me ha gustado mucho la relación que
establece tanto con sus compañeros, más experimentados que ella,
como con los sospechosos. Ella se deja llevar por su intuición,
quiere saber la verdad y no está dispuesta a cerrar el caso sin
estar segura.
El sospechoso principal, John Cameron,
es un personaje muy interesante, una persona casi invisible que puede
moverse a su antojo por delante de las narices de la policía. La
conexión que se establece entre los dos es un atractivo añadido a
la trama.
El final lo definiría con una palabra:
agónico.
En resumen, un libro lleno de intriga y
sorpresas que te mantiene en vilo hasta el final y en el que la línea
entre el bien y el mal se desdibuja.