Sinopsis
Una joven desaparece sin
dejar rastro en una noche lluviosa de julio. Algunos años más
tarde, sus restos son descubiertos por tres niños al desenterrar un
tesoro que ellos mismos escondieron en el bosque. La joven, Mille,
fue vista por última vez en la lujosa fiesta celebrada por la
familia y amigos de Jenny Brodal, para celebrar su 75 cumpleaños.
La desaparición de Mille
afecta a todos los que han tenido alguna relación con ella: los que
la deseaban, los que la buscaron, los que le dieron la espalda cuando
la encontraron llorando, los que la mataron, los que trataron de
olvidarla. Poco a poco emerge una historia de amor, confusión y
engaño, de vidas secretas y dolorosos apegos.
La canción helada es la
historia de lo que llevó a la desaparición de Mille y de lo
ocurrido después. De cómo un malestar persistente sigue devorándolo
todo a su alrededor. Linn Ullmann escribe acerca de la obsesión, los
sueños y la traición, sobre la devoción y la imprudencia, sobre
una gran soledad y el intento de reconciliación, sobre la fragilidad
del amor y el deseo de expiación.
Opinión
Habría que darle algún
premio, o algo, a la persona que redactó el resumen del libro. La
sinopsis de la editorial es muchísimo más interesante que todo el
libro junto.
En la edición del Círculo
de Lectores, son 309 páginas y 18,95 € que te dejan con una
sensación de pérdida de tiempo y dinero y con la convicción
absoluta de que algunas veces la lectura no es nada mágica sino una
ejercicio de cabezonería y fuerza de voluntad para terminar un
libro.
El libro no me ha gustado
nada.
Linn Ullmann no me ha
convencido y la sinopsis del libro es engañosa a más no poder.
Desde el principio, no me
enganché a su forma de escribir, demasiado desamor y desencanto,
pero seguí leyendo con la esperanza de que se animara, de que
hubiera una investigación policial, de que se explicara... algo de
lo que pasaba. Pues no. Hasta las últimas páginas todo el argumento
y la vida de los personajes es ambigua. Pon de tu parte e imagínate
la mitad de los por qués.
Las relaciones entre los
personajes son frías, desconfiadas y están llenas de reproches, la
autora va jugando al despiste pero es que al final no queda claro
nada.
El final no es que sea
abierto es que es inexistente.
Lo único que me ha echo
gracia son los comentarios de Jon sobre las cremas anti-edad y las
vendedoras de alta cosmética. Los dejo al final porque lo de
“semidiosas míticas vestidas de blanco” tiene su parte de
verdad.
En resumen, una libro raro,
con personajes muy tocados, un argumento complejo lleno de
sobrentendidos y con un final... bueno sin final. La autora ha dicho,
¡hala, ya está!
“La razón de ser de las
cremas anti age era que las mujeres que compran la crema y se la
echan en la cara quisieran parecer más jóvenes de lo que eran.
Sentirse más jóvenes. Volverse más jóvenes. Dar la vuelta al
tiempo. Dejar de envejecer y empezar a anti-envejecer.
[...] La mujer de detrás
del mostrador llevaba una bata blanca, como si fuera médico o
investigadora. Pero en realidad... era una semidiosa mítica. La
mujer hablaba en voz baja y con complicidad... sobre el estado de las
cosas. La piel blanca y tersa, la bata blanca y tersa, la voz blanca
y tersa. La mujer no mencionó la muerte en ningún momento, hablaba
de belleza. Y Siri... acabó pagando mil setecientas cincuenta y
nueve coronas... por una crema que contenía péptidos, retinol, EGF
(inventado por un premio Noble, según la semidiosa vestida de
blanco), colágeno y AHA.”