Este libro nos cuenta la historia de Chloé y Pierre Dippel, nuera y suegro. Chloé, madre de dos niñas pequeñas (Lucie y Marion) ha sido abandonada por su marido, Adrien. Su suegro las lleva a la casa de campo familiar para que se relajen e intenten superar estos malos momentos.
Pierre, de 65 años, es callado, distante, tiene mal humor y nunca participa en las bromas familiares. Aunque nunca ha mostrado una especial predilección por su nuera, le tiene un gran cariño y admiración, por lo que aprovecha esta escapada para sincerarse con ella, contarle su vida y la historia de su gran amor (que vivió a los 42 años con Mathilde Coubert cuando ya estaba casado con Suzanne y tenía dos hijos: Adrien y Christine).
Pierre hizo su elección, quizás influyó en ella la cobardía, pero nunca volvió a ser el mismo, nunca volvió a entregarse a sus hijos con el amor, el desprendimiento y la felicidad de un padre, sino que se volvió una persona fría y casi ausente. Con la confesión a Chloé de su mayor secreto intenta hacerle entender que a veces es mejor para todos aceptar el fin de un matrimonio que mirar para otro lado y fingir que no pasa nada.
La historia, como todas las de esta autora, está llena de ternura y sinceridad, con un lenguaje sencillo y coloquial, con diálogos llenos de realismo, naturalidad y un punto de humor, es capaz de emocionarnos y de crear un ambiente cálido, en el que se respira la lealtad y confianza que se crea entre los dos personajes.
Es un libro ameno, cortito y que se lee rápido pero de Gavalda me sigo quedando con "Juntos, nada más".
Pierre, de 65 años, es callado, distante, tiene mal humor y nunca participa en las bromas familiares. Aunque nunca ha mostrado una especial predilección por su nuera, le tiene un gran cariño y admiración, por lo que aprovecha esta escapada para sincerarse con ella, contarle su vida y la historia de su gran amor (que vivió a los 42 años con Mathilde Coubert cuando ya estaba casado con Suzanne y tenía dos hijos: Adrien y Christine).
Pierre hizo su elección, quizás influyó en ella la cobardía, pero nunca volvió a ser el mismo, nunca volvió a entregarse a sus hijos con el amor, el desprendimiento y la felicidad de un padre, sino que se volvió una persona fría y casi ausente. Con la confesión a Chloé de su mayor secreto intenta hacerle entender que a veces es mejor para todos aceptar el fin de un matrimonio que mirar para otro lado y fingir que no pasa nada.
La historia, como todas las de esta autora, está llena de ternura y sinceridad, con un lenguaje sencillo y coloquial, con diálogos llenos de realismo, naturalidad y un punto de humor, es capaz de emocionarnos y de crear un ambiente cálido, en el que se respira la lealtad y confianza que se crea entre los dos personajes.
Es un libro ameno, cortito y que se lee rápido pero de Gavalda me sigo quedando con "Juntos, nada más".
¿No hubiera preferido esa niña cabezota vivir con un papá más feliz?