Un libro aburrido y sin ninguna intriga, con un lenguaje rebuscado y farragoso, falto de naturalidad. Creo que esta falta de sencillez hace imposible que te identifiques con la historia; además la trama es un caos, no tiene pies ni cabeza, no define ninguno de los temas tratados, todo es muy superficial.
En un principio, me llamó mucho la atención el título, prometía esconder una historia tierna pero nada más lejos de la realidad. “Lo que está en mi corazón” no es una frase original del libro o de la autora sino que es una expresión que viene de la tradición oral mexicana con la que las mujeres mayas terminan siempre sus relatos. Marcela Serrano dijo que “alude a la honestidad y al valor de la palabra. A muchos les parece cursi, pero para mí está cargada de fuerza y emotividad.”
En mi opinión lo único positivo del libro es precisamente el título, un bonito equivalente maya a nuestro “Y colorín, colorado este cuento se ha acabado”.
La protagonista, Camila, está llena de contradicciones y complejos. Te dice una opinión y en el siguiente capítulo te la cambia totalmente. Es increíble que una periodista vaya a Chiapas a escribir un reportaje sobre su guerrilla y no contacte con ningún indígena para informarse (bueno, sólo con Paulina y porque es amiga de Reina), sus amigos son un francés, un italiano y un español (parece un chiste ¿verdad?).
Una pérdida de tiempo.
