"A veces cuesta trabajo deshacerse de las cosas, aún sabiendo que no valen para nada"
Este es el segundo libro que leo de Marta Rivera de la Cruz y me ha gustado tanto como el anterior.
Es una historia sencilla, tierna y llena de esperanza, donde las segundas oportunidades para ser feliz son posibles.
Los dos personajes principales, Mario y Beatriz, no pueden tener una personalidad más distinta. Él es tímido, solitario, con un gran sentido de la prudencia y de la rectitud y un “buenazo”, ella es divertida, inteligente y capaz de hacer frente a todas las adversidades (divorcio, malos tratos, enfermedad...). La relación que mantienen te engancha y te mantiene en vilo hasta el final, siempre con el deseo de que acaben juntos.
Hay una gran cantidad de personajes secundarios, todos muy interesantes y peculiares. Las vidas de todos ellos se van cruzando y al final todo está relacionado. La trama se cierra de una forma redonda.
Un libro muy optimista, reconfortante, que deja con una buena sensanción .
"Tenía dos opcines: una, volverse completamente loco; y otra, convertirse en un ser angelical, equilibrado y puro, como un ermitaño que después de pasar media vida en la soledad más absoluta se reincorpora al mundo con la calma y la paz del que sabe que es posible vivir al margen de todo".