Sinopsis
Tres hermanas, dos mundos, una ciudad
Nueva York, 1936. La pequeña casa de
comidas El Capitán arranca su andadura en la calle Catorce, uno de
los enclaves de la colonia española que por entonces reside en la
ciudad. La muerte accidental de su dueño, el tarambana Emilio
Arenas, obliga a sus indomables hijas veinteañeras a tomar las
riendas del negocio mientras en los tribunales se resuelve el cobro
de una prometedora indemnización. Abatidas y acosadas por la urgente
necesidad de sobrevivir, las temperamentales Victoria, Mona y Luz
Arenas se abrirán paso entre rascacielos, compatriotas, adversidades
y amores, decididas a convertir un sueño en realidad.
Con una lectura tan ágil y envolvente
como conmovedora, Las hijas del Capitán despliega la historia de
tres jóvenes españolas que se vieron obligadas a cruzar un océano,
se asentaron en una urbe deslumbrante y lucharon con arrojo para
encontrar su camino. Un tributo a las mujeres que resisten cuando los
vientos soplan en contra y un homenaje a todos aquellos valientes que
vivieron —y viven— la aventura, a menudo épica y casi siempre
incierta, de la emigración.
Opinión
Ha sido una lectura muy amena, ágil e
interesante para conocer el mundo de la inmigración española en
Nueva York.
Me ha gustado mucho cómo cuenta la
vida de la familia Arenas y ver la evolución de las tres jóvenes
hermanas que tuvieron que madurar, equivocarse y buscar su camino al
quedarse solas en un país extraño. Hay una gran cantidad de
personajes secundarios que aportan un toque de humor y ternura y que
hacen más agradable la lectura.
La autora aprovecha para contar la
historia de algunos personajes reales como el Conde de Covadonga o
Xavier Cugat.
Lo peor: la historia de amor prohibida
de Victoria. No he llegado a conectar con esta parte.
No llega al nivel de "Entre costuras" pero es una novela entretenida.
No llega al nivel de "Entre costuras" pero es una novela entretenida.