Serie Comisario Ricciardi, nº 6
Sinopsis
Corre el año 1932. Ha llegado la
primavera a Nápoles, y las calles se llenan de gente dispuesta a
estrenar vestidos ligeros y pamelas, pero Ricciardi está demasiado
ocupado resolviendo un nuevo caso como para percatarse de que el aire
es ahora más ligero: Rosaria, una joven de veinticinco años, ha
sido asfixiada en su habitación del famoso burdel Paraíso con una
almohada.
Allí la encuentran Ricciardi y su
inseparable ayudante Maione, descompuesta entre las sábanas, con
signos evidentes de asfixia, pero sin otras heridas que puedan
delatar al asesino. Al parecer, tampoco falta nada importante que
pueda hacer pensar en un robo, y el asunto se complica...
Muy pronto Ricciardi y Maione descubren
que Rosaria era una prostituta muy especial, tanto que la llamaban
Víbora. Su belleza y sus artes amatorias eran conocidas en toda la
ciudad, hasta el punto de que Sergio Ventrone, un distinguido
caballero, estaba pagando sus servicios en exclusiva, y Giuseppe
Coppola, un joven repartidor de fruta, estaba dispuesto a casarse con
ella.
Giuseppe fue el último hombre que la
vio viva, y Ventrone el primero que la vio muerta: ¿quién más la
vio entre una visita y otra? Al final el caso tendrá una resolución
insólita, pero el lector descubrirá una vez más que el amor y el
hambre están siempre ligados a las muertes violentas, y quien mejor
sabe hilvanar estas pasiones es Maurizio de Giovanni.
Opinión
En Italia es el 7º libro de la serie
pero aquí se ha publicado como el 6º (la editorial se ha saltado
uno), además es el último que está traducido al español.
Me he propuesto terminarla por
cabezonería y porque no tampoco tengo otra serie que me llame
demasiado. Ya tenía ganas de acabarla porque como he dicho otras
veces no me ha encantado pero tiene su atractivo y se deja leer.
La vida amorosa de Ricciardi es bastante tediosa, no avanza nunca.