Sinopsis
Mónica y Ramón se conocen por azar,
en un local nocturno, en el que ninguno de los dos pinta gran cosa. A
veces, las historias comienzan así.
Mónica y Ramón no han tenido
mucha suerte en la vida, ni les quedan demasiadas esperanzas de
tenerla alguna vez. Mónica es una periodista al borde de los treinta
que subsiste con un subempleo que detesta. Ramón, mediados los
cuarenta, se obstina en ser un misterio: no desvela a qué se dedica.
Podrían no haberse vuelto a ver nunca, pero una semana después se
reencuentran y la cosa ya no tiene remedio: la música que se les
negaba empieza a sonar.
Tiempo después, Mónica lo recuerda. En sus
propias palabras: “Lo único limpio y hermoso que de veras he
tenido”.
Opinión
La historia de un amor muy triste pero
liberador que me ha gustado mucho.
El libro está dividido en tres partes.
Las dos primeras me encantaron. Mónica
y Ramón no están viviendo su mejor momento pero entre ellos surge
una química especial. Ella, de 29 años, va a la deriva y el, de 46
años, será una especie de tabla de salvación. Un hombre maduro y
enigmático, con una visión práctica de la vida, que marcará el
ritmo de la relación.
La tercera parte es un homenaje a la
profesión de Ramón. A través de sus amigos y familiares sabremos
cómo viven y trabajan. Se trata más de un reportaje periodístico
que una trama literaria.
En cada encuentro, los protagonistas se
dedicaran una canción. Hay para todos los gustos y de distintas
décadas por su diferencia de edad. La música es importante porque
les permite expresar lo que no son capaces de decir con sus palabras.
Están recopiladas en algunas listas o blog.
Lo mejor: las pistas que Mónica nos va
dando sobre su relación mantienen el interés y la duda sobre cómo
sucedió.
Lo peor: algunas cosas son demasiado
precipitadas.
En resumen, una novela muy corta, llena
de música y que me dejó con una gran sensación de tristeza.