Sinopsis
Once años después de ingresar en el
Departamento de Policía de Nueva York, la agente de crímenes
sexuales Ginny Lavoie se encuentra suspendida de empleo y sueldo.
Deprimida y víctima del insomnio, espera a que la obligada
investigación de asuntos internos determine su futuro cuando una
llamada telefónica la devuelve de golpe al pasado: Danny Markowicz,
el hijo adolescente de su amiga Sonya, ha muerto tras recibir una
brutal paliza. Ginny parte de inmediato camino del pueblo de
Massachusetts en el que se crió para asistir al funeral. Pero allí
se reencuentra con Jimmy, el padre del niño que ella nunca llegó a
tener. Y, por si la situación no resultara ya lo bastante difícil,
la versión oficial del crimen parece estar llena de agujeros.
¿Por qué las autoridades locales
parecen empeñadas en culpar a Jack O'Brien, el inofensivo vagabundo
del lugar? ¿A quién temía Danny lo suficiente como para esconder
una pistola cargada en su habitación? ¿Y si la investigación
sacara a la luz verdades que nadie quiere conocer?
Opinión
Es una novela entretenida que comienza
un poco floja pero va mejorando con el paso de sus páginas. Tiene un
poco de todo: asesinatos, secretos, reencuentros, reconciliaciones...
Su acción nos traslada a una pequeña
localidad de Massachusetts, donde nadie es lo que parece y algunos están
dispuestos a todo por conservar su estatus. En este pueblecito nadie
está a salvo y la autora sabe transmitirlo. El contraste entre la
religiosidad y tradiciones de los pueblos y la forma de ver las cosas
en la grandes ciudades es muy interesante, aunque llena de tópicos.
Lo peor: Me hubiera gustado que
profundizara más en los personajes porque algunos quedan muy desdibujados.
En definitiva, no es lo mejor que se puede leer de
este género pero a mí me mantuvo interesada en la trama y con el
gusanillo de averiguar el porqué de los asesinatos.