“Reconforta tener un nombre que
pronunciar cuando te sientes desamparado”
Hasta ahora todo lo que había leído
de este autor me había encantado, me gusta su forma de escribir, sus
historias pausadas y sus personajes complejos y llenos de matices.
Por desgracia, con este libro no he disfrutado tanto, se me ha hecho
bastante largo y algo repetitivo.
Enero, 1950. Erica Walter, viuda de
Emil Lieberman, un agente secreto alemán, debe abandonar rápidamente
Salzsburgo para salvar su vida. Viajará a Madrid con unos
comprometedores documentos por los que muchos están dispuestos a
matar.
Cuando Martín Navarro, su amante desde
hace años y agente del Partido Comunista, exiliado en París, tiene
noticias de este viaje no duda en regresar a España para buscarla.
Aquí comenzará una enrevesada trama
de espionaje en la que están implicados los comunistas, la Agencia
de Seguridad franquista, la CIA, agentes secretos de la antigua
Abwehr que viven tranquilamente en Madrid, una poderosa banquera
Una trama llena de traiciones, dobles
intenciones, espionaje y, sobre todo, una hermosa historia de amor.
Como he dicho antes, aunque he
disfrutado con su lectura no me parece que sea el mejor libro de este
autor. Está claro que conoce a la perfección la historia y
tejemanejes de esa época, y al querer darnos todos los puntos de
vista posibles, al no querer favorecer ningún bando, ha sacrificado
el ritmo de la trama. A cambio, conocemos todos los hilos
argumentales desde la perspectiva de cada protagonista... aunque yo
terminé con la impresión de que el libro daba un paso para adelante
y, de repente cuando la historia crecía, dos pasos para atrás.
Como siempre, lo mejor son los
personajes. Algunos malos malísimos pero la mayoría son muy
complejos, llenos de matices, dudas, idealismos, ambición,
resignación, honorables hasta en lo incomprensible, apasionados...
son personas que han sufrido las terribles consecuencias de las
guerras y que sobreviven a pesar de su desencanto.
Además, aquí nos reencontramos con un
personaje ya conocido. Cuando vi los nombres, al comienzo de la
tercera parte, casi me da un síncope de los buenos recuerdos que me
trajeron.
¿El final? Pues, como siempre. Nos
deja con la miel en los labios y con algunos bufidos de resignación.
A pesar del pequeño bache, seguiré
leyendo los libros de este autor en cuanto vayan cayendo en mis
manos. Para mí está dentro de los escritores que tiene un algo
adictivo (junto a mi adorada Isabel Allende, Marta Rivera de la Cruz,
Paul Auster, Harlan Coben). No me importa demasiado lo que me cuentan
sino cómo me lo cuentan.
“Una millonaria beata, dos nazis
nostálgicos de tiempos mejores, un agente norteamericano que se
larga cuando las cosas se ponen feas, un español exiliado, un
periodista comunista, la viuda de un agente alemán... y un sevillano
con modales de aristócrata. Extraña mezcla de ingredientes para una
misma comida. Y no parece que haya cuajado.”