Serie Comisario Ricciardi, nº 4
Sinopsis
El Día de Todos los Santos de 1931 se
acerca y en Nápoles llueve como si el cielo quisiera acompañar la
tristeza del momento. A primera hora de la mañana, sentado en los
peldaños de una escalera que lleva a Capodimonte, alguien descubre
el cadáver de un niño: el pequeño cuerpo permanece sentado,
dignamente compuesto, y a su lado descansa un perro.
Los trapos que cubren el cuerpo del
chiquillo y su rostro consumido hablan por sí solos de miseria y
soledad. Un investigador cualquiera habría pensado en una muerte
natural por inanición, pero el comisario Ricciardi intuye que algo
no encaja en las investigaciones rutinarias, y la autopsia no hace
más que confirmar sus sospechas.
¿Quién puede haber querido matar a
una criatura sin hogar y sin bienes que repartir? Empiezan los
interrogatorios, las preguntas van desfilando, y cuando todo acabe
las callejuelas de Nápoles ya no serán las mismas: algo frágil y
poderoso como la misericordia ronda la ciudad y se queda en las manos
del lector.
La serie del comisario Ricciardi fue
elegida como una de las mejores del 2012, gracias a la solidez de las
tramas y a la esplendida ambientación de estas novelas. Admirado por
la crítica y el público italianos, y conocido ya en muchos países
europeos, Maurizio de Giovanni es uno de los valores emergentes de la
novela negra europea, digno compañero de Camilleri y Vázquez
Montalbán.
Opinión
Me ha gustado mucho todo lo relacionado
con la investigación pero la vida amorosa de Ricciardi se está
convirtiendo en un tostón.
Pensaba que, a estas alturas de la
serie, Enrica y Ricciardi ya tendrían un algo pero su relación va a
dar para un culebrón infinito. Yo ya he perdido el interés así que
me lo he ido saltando.
En cuanto a la trama me ha dado mucha
pena todo lo referente a Matteo, su corta y triste vida. El perro le
da un punto de sensibilidad, al menos tuvo un defensor y amigo fiel.